“La soledad es también un homenaje al prójimo”
Mario está sentado en el Café Miami, centro neurálgico de
Palma en los setenta y ochenta, hasta que Zara compró el edificio. Antes, había
un pianista de tardes nubladas que troceaba la melancolía como Arguiñano las
cebollas. Acudíamos todas las mañanas a por un café, casi seguro, a las nueve.
Las nueve son Mario Benedetti cuando habla de su hijo en la guerrilla, de su
esposa angustiada por la enfermedad de él, por él preocupado ante una próxima
partida a Madrid. Mario es un templo donde rezo al verso Él, flacucho, se atusa las canas del bigote y pone un libro sobre el mármol de la
mesa, lo abre y escribe: “Para Nieves cordialmente (firma)”. Qué poco, pienso,
pero lo tengo. Mario Benedetti Inventario poesía 1948-1980 (Colección Visor de
poesía, 1981).
Táctica y estrategia
Mi táctica es
mirarte
aprerder como sos
quererte como sos
mi táctica es
hablarte
y escucharte
construir con palabras
un puente indestructible
mi táctica es
quedarme en tu recuerdo
no sé cómo ni sé
con qué pretexto
pero quedarme en vos
mi táctica es
ser franco
y saber que sos franca
y que no nos vendamos
simulacros
para que entre los dos
no haya telón
ni abismos
mi estrategia es
en cambio
más profunda y más
simple
mi estrategia es
que un día cualquiera
no sé cómo
ni sé
con qué pretexto
por fin me necesites.
Mario.
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