… Poesía para el pobre, poesía necesaria
como el pan de cada día,
como el aire que exigimos trece veces por minuto,
para ser y en tanto somos dar un sí que glorifica.
Porque vivimos a golpes, porque apenas si nos dejan
decir que somos quienes somos, nuestros cantares no pueden
ser sin pecado un adorno.
Estamos tocando el fondo. (…)
Gabriel Celaya, Itinerario poético (Cátedra, 1986, 425 pesetas)
Aquí estás, Gabriel, en Hernari. Tus cenizas permanecen en
el aire, en todos los que respiramos Euskadi. Allí sabíamos de tu poesía, de
tus hambres y allí un grupo de fervorosos siempre estuvieron a tu lado. Tus
libros, en el mundo y en la Biblioteca de la Diputación de Guipuzkoa, impiden
que nos olvidemos de la sed, de la soledad. Te recuerdo en la voz de Mariví
Bilbao Goyoaga, sobre las tablas del teatro que dirige José Luis Iturri:
Akelarre. Premio Nacional de las Letras Españolas, muestra del olvido.
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