Caballos
Apenas conceden una mirada distraída
al hombre. Su vida es una pasión brumosa
cuyo misterio ignoran; y viven y mueren
mirando, atentos, algún lugar del horizonte…
En su corazón que retumba puede oírse el mar.
Javier Aguirre
Gandarias, Soles [Eguzkiak], Universidad del País Vasco, 1991
Veo a Javier sentado, al otro lado de una pequeña mesa de la
tasca donde al chato añaden un platito de cacahuetes. Introvertido; se resiste
a hablar de poesía, de su obra que surge entre horas, fuera de la nómina
oficial. Le publican entre los mejores; para mi lo es: anota palabras en la servilleta, mira de soslayo.
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