Cuando llegó tu mano,
la caricia fue dulce
y el gesto de los dedos como el mármol frío…
Pero sé que me amaste.
Que me elegiste.
Que quisiste entregarme una parte completa
de lo que ya no eras.
Elsa López, Del amor imperfecto (Ediciones La Palma,
1989)
A esta hora exactamente, Elsa López está en La Palma con su
familia y amigos, o subiendo a un avión rumbo hacia otra conferencia y/o
recital, o está en la Fundación Antonio Gala, o de cena muy profesional. Elsa
es una diosa ecuatoguineana, afincada en el mundo desde Canarias. Cualquier
rincón es bueno para escribir sus versos, arte que deja aquí y allá, como su
silueta envuelta en las gasas de la incertidumbre. Hecha en el campo de la
urbe, agita el mestizaje desde su corazón, sin fisuras, en Tránsito. Compartimos algún rato, poemas de otros en la solapa y un
largo café con Perfecto Cuadrado. Elsa siempre está en mi maleta.
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