“Vislumbré cuerpos de disparos triturados,
un valiente pecho devorado de plomo
y fusiles que esparcen memoria en el suelo.
Hoy evoco las cunetas hondas de la historia”…
Así, Martin Shwiff (Buenos Aires, 1988), nos adentra en el
espacio bélico de la noche, en la taciturna hondonada del desconcierto y,
a tientas, recorremos los Versos del poeta que se dice rehén de la ausencia. En
cada noche hay un reencuentro con aquel sístole, con el diástole que duele y,
sin fingimientos, declara: “Es difícil traducir la lengua de los rayos”. En esa
encrucijada, queda el estudiante desvelado, el poeta que nos lanza un mensaje desde
el corazón rasgado.
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