Tiene un lema sellado: "Prada a tope". Y, ciertamente, a tope; porque Prada, repasa cada detalle en todo momento y no duda en recoger del
suelo un papelito aquí, y otro allá, que tira en las papeleras dispuestas en el
Palacio de Canedo, el 'niño bonito' donde el vino duerme y las señoras de la zona
se afanan en embotar cerezas en aguardiente, castañas, pimientos asados,
mermeladas, peras al vino… Prada apostó, allá por los 80, por la rehabilitación de edificios emblemáticos, para ofrecer alojamiento, restaurantes, vino y productos de la tierra elaborados de manera tradicional. Este señor de El Bierzo cuenta sus impresiones y
paisajes a quien visita el Palacio Canedo, explica cada elaboración, muestra sus bodegas y
recuerda que su primer proyecto en Cacabelos fue Moncloa de San Lázaro. Empresas que fijan población, generan empleo, resaltan la belleza y dejan claro
que el trabajo duro, y en la buena dirección, da sus frutos.
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