[Marga Font Roig]
Gente es una palabra tan amplia que, a decir verdad, aporta
poca información. La hay muy variopinta y creo que nadie se atrevería a
establecer una clasificación completa.
En mi vida he conocido gente muy diversa. Algunas personas
siguen acompañándome, otras pasaron muy fugazmente y, por qué no decirlo, otras
fueron peores que un dolor de muelas, que afortunadamente ya pasó.
También he percibido que las personas tenemos luz, como si
fuese una bombilla que podemos encender o apagar. En algunos casos se mantiene
a oscuras, en otros es más tenue y en muy contadas ocasiones una persona es
capaz de irradiar un brillo casi cegador.
Es como si en una imagen sombría, donde todos los seres
vivos apareciesen planos, alguien nos hiciese volver la cabeza para contemplar
su color. He conocido algunas personas así y debo admitir que aunque no se
esconden, tampoco necesitan llamar la atención, porque sobresalen al natural.
Esa es precisamente una de sus características: la espontaneidad, la sencillez,
la risa contagiosa y la muy difícil e inestable serenidad.
Es una sensación casi mágica, porque transmiten paz, seguridad
y mucha confianza. A veces pueden llegar a ser tan radiantes que lo único que
te apetecería es apagar el interruptor y dejarles a oscuras pero, cuando lo
piensas bien, agradeces tener esa lucecita a tu lado, porque de alguna u otra forma,
te contagian. Empiezas a notar un brillo especial que sale de tus zapatos y
tienes ganas de comerte el mundo. Nunca lo haces, puesto que con un bocado de
humanidad en estado puro ya estás servida, pero siempre andas picoteando e
intentando transmitir tu paz a otras personas a las que, tal vez, se les han
fundido los plomos.
Esta gente luz no es perfecta, por esa razón es auténtica.
También, tienen días en los que necesitan recargar ese brillo y lo mejor de
todo es que lo admiten. Llenan su depósito, te cogen de la mano y siguen
adelante.
Si hay problemas a su alrededor, intentan hallarles una
solución práctica y sino se puede hacer nada, no sufren ningún tipo de
descarga. Simplemente, respiran hondo y dejan de preocuparse por lo inevitable.
Sé que estas estrellas tan cercanas no brillan todo el día,
porque su misión es a tiempo parcial, pero también sé que si tienes la suerte
de encontrar una luz en tu vida, no la apagues, llénate de su fuerza y
transmítela a tu mundo; aunque no lo parezca, son muchos los que aún andan a
tientas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario